Hablando del abuso sexual desde el fondo del túnel
Autora: Una sobreviviente
END – 17:01 – 24/01/2010
Me da rabia reconocerme como sobreviviente de abuso sexual. Tal vez porque siento que eso reduce mi identidad, todas las vivencias que he tenido más allá del abuso, los espacios de socialización, las experiencias lindas de vida. Pero quizá, sobretodo me da rabia pensar que unos cuantos hombres tuvieron el poder de quitarme en unos minutos la posibilidad de disfrutar plenamente la vida. Pensar que esos minutos han tenido más impacto sobre mi psicología y afectividad, que los otros miles de momentos vividos.
El abuso sexual es devastador siempre, pero más cuando se da en la infancia, cuando estamos empezando a conocer el mundo, a desarrollar la confianza. Cuando todo eso se violenta, todo se nos confunde, nos sentimos malas, raras, culpables, sentimos que tenemos un secreto que no entendemos bien pero que hay que guardar. En mi caso, mi primer abusador me decía siempre que si hablaba mis papás se morirían, así que aunque yo no entendía bien el abuso, pues tenía cinco años, si sentía que tenía el poder de matar a mis padres, y que por tanto era mala, tremendamente mala. Regularmente mientras estaba jugando, me entraba mucho miedo y salía a correr donde mis papás a pedirles que me prometieran que no se iban a morir. Y así fui creciendo con ese secreto, y se fueron juntando otros abusos sexuales. Los primeros logré olvidarlos la mayor parte de mi vida, aparecieron camuflados en la adolescencia a través de sueños raros y luego se destaparon cuando terminé la universidad.