Hace poco tiempo que se conocen, ambas luchan por el reconocimiento de sus identidades sexuales. Aseguran que ser travesti es una opción de vida nada simple en una sociedad marcada por la intolerancia de la diversidad. A Daniela y Angie, como a la mayorÃa de la población no heterosexual, la cotidianidad se les presenta doblemente compleja, sobretodo a la hora de conseguir trabajo y de tener una adecuada atención en salud.