La homosexualidad existe y no se puede ignorar

Hay leyes inmodificables. La manzana de Newton, caerá siempre hacia abajo, como todo lo que cae. Esto no es opinable, ni puede ser modificado mediante consensos. Así son las leyes de la naturaleza. No se discuten, no siembran desacuerdos, hacen andar al universo. Otras leyes nacen de la necesidad humana de convivir, parten de la base de que somos todos diferentes y buscan un punto de encuentro para que no prevalezca el más fuerte a costa de los otros. Estas son las leyes humanas. Algunas permanecen a lo largo de la historia porque se basan en valores esenciales, tienden a preservar la vida, la dignidad de los seres, la inviolabilidad de aquello que los hace ser quienes son. Otras se van adaptando a la evolución de las distintas comunidades humanas y reflejan en esos cambios la trayectoria de dichas sociedades, el desarrollo de su conciencia colectiva.
En la discusión sobre la legalidad, o no, del matrimonio gay pareciera haber una colisión entre ambas concepciones de la ley. Para quienes sostienen que las relaciones de amor entre las personas tienen un modelo único y no pueden apartarse de él, la prohibición de ese tipo de matrimonio obedece a una ley natural.

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