Los esfuerzos realizados desde los espacios de la sociedad civil, particularmente por aquellos que trabajan por los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres, la niñez y la adolescencia; han venido poniendo en evidencia que el abuso sexual es una condición de abuso de poder y de dominio que viven niñas, niños y adolescentes, aprendido a partir del proceso de socialización histórica y que esto determina que sea un problema de derechos humanos, a partir de:
Que es una violación a los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes que afecta la voluntariedad a partir del sometimiento que realiza el abusador, incide directamente en la formación de ideas tergiversadas sobre el cuerpo, la sexualidad, el ámbito en que vive la niña, niño y adolescente; generando un estado de desprotección, desconfianza, inseguridad y temor constante hacia sà misma, hacia las personas y hacia el medio.