En ocasiones, los cambios que tiene reservado el futuro se cuelan entre lo más mundano y sencillo. Tan mundano y sencillo como una boda.
A cada lado del altar improvisado en el escenario del lugar, las familias de los novios: madres, padres y hermanas, dos de una familia, una de la otra. En el medio, el sacerdote. Detrás, enormes arreglos florales. En el salón, dejando espacio para el pasillo por donde iban a entrar los novios, todas las primas salidas de la peluquerÃa, los tÃos con sus trajes lustrosos, la parafernalia familiar que se junta para casamientos o velorios. Yo estaba ahà como amigo de los novios, pero habÃa ido más de sport, no me di cuenta â¡cómo no me di cuenta!â que la fiesta exigÃa etiqueta.