Mujeres que se asumen como lesbianas después de casarse

Salir más allá del clóset
Asumirse lesbiana en la edad adulta, puede ser un proceso largo de enfrentar. Cuando una mujer ha hecho una vida heterosexual, casada y con hijos y luego reconoce su identidad, puede volverse un asunto todavía más difícil. Daniela y Valentina se casaron y prometieron estar “hasta que la muerte las separe” al lado de un hombre. Eso, hasta que un día simplemente tuvieron que admitir su orientación.

Daniela tiene 24 años y está a punto de egresar de Pedagogía en Inglés. Su condición sexual le complica el desarrollo de su profesión. Siente que la podrían discriminar si la hace pública. De un metro sesenta y cinco, tez blanca, ojos cafés claros, y pelo castaño claro, cuenta que estuvo casada dos años con alguien mayor, quien fue su “primer y único hombre”.
Su historia es más bien atípica: proviene de una familia evangélica. Incluso, participó durante toda su niñez y juventud en la iglesia. Hasta ahí, su vida era la de una persona que seguía sus creencias al pie de la letra. Eso, hasta que llegó el momento en que se asumió como lesbiana y las estrictas normas que rigen su religión la obligaron a guardar silencio.
«Día a día vivo con el miedo de no poder contarles lo que me pasa, porque sé que no me entenderán nunca. Al contrario, las veces que se ha hablado del tema sólo surgen comentarios que me angustian cada día más y me hacen callar”, expresa con resignación.
La relación con su marido, antes de separarse, fue excelente y contaba con la aprobación de su círculo cercano. Por esos días, Daniela entró a la universidad. Ahí, vivió un momento que cambió su existencia para siempre: Tuvo su primera “conexión lésbica” (como ella misma le llama) con una profesora. Sin embargo, no pudo concretar una relación porque prefirió evitar comentarios que pudieran perjudicarla. A pesar de esto, su matrimonio marchaba con normalidad. Eso no impidió que a un año de haber contraído nupcias, experimentara su segunda experiencia con una chica. Se hicieron amigas y esta vez, fue más allá. Llegó a besarse con la mujer de ese entonces.

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