Vih y Sida en lesbianas: ¿Cuán cerca estamos de esta realidad?

El estigma aún presente La Homosexualidad no es un tema contemplado en la currí­cula educativa nacional en nuestro paí­s, por lo que resulta evidente que tampoco lo será el hablar sobre Sexo Seguro dirigido a Lesbianas. En la mayoría de colegios no se habla del tema, salvo en algunos institutos y/o universidades en los que se contempla el tema de salud, género y diversidad sexual.
Sabemos que el derecho a una salud sexual segura y responsable esta basada en la debida información emitida, más aún teniendo en cuenta que la mayoría de adolescentes se inicia sexualmente entre los 13 y 16 años de edad. Lamentablemente pareciera que el acceso a la información sigue siendo un privilegio de algunas/os.
Es gracias a las acciones emprendidas por organismos internacionales y a las organizaciones no gubernamentales en nuestro país que trabajan el tema de prevención en ITS y VIH/SIDA desde inicios de los 80ta, que hoy se cuenta con diversas acciones y campañas a nivel nacional. Algunas dirigidas a adolescentes y jóvenes de ambos sexos y otras orientadas a un público específico: Trabajadoras Sexuales, Hombres que tienen Sexo con Hombres, Gays y Trans, conocidos como «poblaciones vulnerables».  ¿Es posible que una lesbiana pueda contraer el VIH/SIDA? Las mujeres en general vivimos diversas formas de discriminación empezando por el solo hecho de ser mujeres.
En el trabajo, en algunos cargos públicos, en la toma de decisiones sobre su vida, como cuantos hijos tener y el uso de anticonceptivos hasta para el matrimonio, entre otros. Son estas circunstancias las que invisibiliza la situación de las lesbianas en nuestro paí­s. Y si de relaciones sexuales se trata, está el mito de que «no puede haber sexo entre dos mujeres porque ninguna tiene pene», del cual se van sumando otros como «al no haber sexo entre ellas no puede haber infección por VIH/SIDA». Este mito tiene como antecedente, el primer caso de infección por VIH en Estados Unidos en 1981 y cuya población -en ese entonces- únicamente afectada eran los homosexuales (gays).
La enfermedad fue etiquetada y conocida como la «peste rosa», desde entonces muchos heterosexuales pensaron que jamás les afectaría y también las lesbianas. A más de veinte años, ONUSIDA en su Informe sobre la Epidemia Mundial del SIDA (Agosto 2008) señala que a nivel mundial hay un total de 33 millones de personas que vivían con VIH y que la mitad esta representada por mujeres. El Ministerio de Salud (Boletí­n Epidemiológico, Setiembre 2009, www.dge.gob.pe) arroja una cifra de 23,446 casos de SIDA y 36,138 de VIH. La OMS y ONUSIDA, estiman que el número es mayor: 76,000 personas. De esta cifra 21,000 son mujeres, señalan (Fuente: www.onu.org.pe/Publico/infocus/luchacontrasida.aspx). El punto es que en estas estadísticas puede haber presencia de mujeres que tienen sexo con mujeres.
Lo más probable es que el médico no preguntá o porque la propia mujer no ofreció la información, teniendo en cuenta el estigma y estereotipo al tema y porque es complicado para una mujer casada manifestar que tuvo relaciones sexuales con otra mujer por temor a la doble marginación. ¿Cómo podría ser posible la transmisión? Las lesbianas mantenemos a lo largo de nuestras vidas relaciones sexuales con lesbianas, bisexuales y heterosexuales (casadas, de novia).
En el caso de las heterosexuales, deciden llevar una «doble vida» (para aparentar, porque la familia presiona, por los hijos) o solo desean experimentar y vivir fantasías sexuales con otra mujer. Hay lesbianas que creen que por tener sexo con otra mujer no se podría contraer una ITS y menos el VIH/SIDA, que solo les pasa a aquellas mujeres -heterosexuales y bisexuales- que mantienen relaciones sexuales con hombres.
Lo cierto es que mientras exista el intercambio de fluidos vaginales, sangre, la posibilidad esta abierta. Y una de las prácticas sexuales más comunes y también de mayor riesgo es el sexo oral (cunnilingus). Otras como el frote de sexo con sexo (tribadismo, tijeras) que al hacerlo con fuerza puede crearse pequeñas heridas, y la introducción de dedos o puños que podrí­an tener también alguna pequeña herida.
En todos los casos el riesgo aumenta más con la menstruación. En Argentina ya se están realizando las primeras investigaciones y España ya cuenta con unas cifras, según el último estudio realizado en el 2008, hay en España un aproximado de entre 120,000 y 150,000 personas viviendo con VIH, de los cuales las lesbianas representan un 10% de esta población, es importante mencionar que 4 de cada 10 infecciones son netas positivas del VIH, mayormente se debe a las prácticas afectivo relaciones es decir, sexo en grupo, sexo no protegido, sexo por drogas, sexo por dinero y sexo con extranjeras.
Acceso a la Salud y Prevención Para muchas mujeres nos ha resultado incómodo el ir a nuestra primera consulta ginecológica y más el saber que quien nos va a atender es hombre. Es que el temor aumenta si tenemos conocimiento que otras mujeres han sido ví­ctimas de maltratos y abusos sexuales por parte del personal médico.
Por ello, la negativa de muchas lesbianas de acudir a un centro de salud, hospital y/o posta médica y poder ser ví­ctima de algún abuso sexual más aún cuando es confirmado por alguien que ya experimentó esta situación. Ocurren si, pero no todas se atreven a denunciar el hecho, no por vergüenza o temor al médico si no por temor a que se enteren que es lesbiana. Entonces urge una debida capacitación, sensibilización y orientación sobre los derechos de Lesbianas y Bisexuales por parte del personal de salud en todos los espacios de atención de salud, sean estos estatales o privados, que en realidad debiera iniciarse desde las universidades e institutos afines, además de la implementación de polí­ticas públicas orientadas al tema. Mientras tanto, las que pueden, acudirán a algún especialista de confianza y recibirán la debida atención ante una posible infección de ITS y/o VIH/SIDA.
Otras dejarán de hacerlo y seguirán creyendo que son inmunes. Si la información no llega a todas y todos por igual, lo improbable hace 20 o 10 años atrás para las lesbianas podrí­a estar siendo una realidad, lenta pero que va avanzando.
Elaborado por: Angela Mariela Benavides Audante
Grupo de Mujeres Diversas, Perú

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