Hablemos de abuso sexual

Los Demonios

Son las diez de la noche, he terminado de estudiar y me preparo para descansar, todo está calmo en la habitación, he puesto a sonar la emisora de mi preferencia a bajo volumen y programada para apagarse en una hora, para dormirme tranquilo, le di las buenas noches a la foto de la niña que me gusta y eché llave a la puerta para estar seguro. Nadie más duerme conmigo, solo yo y mis sueños de adolescente.

Era una noche bella, la claridad de la luna entraba por mi ventana, el viento soplaba con ternura, el sonido de los carros que pasaban se escuchaba cada vez más lejos y los perros estaban quietos bajo un árbol de zapote junto a mi cuarto, y entonces me dormí.

Recuerdo que por primera vez en mis sueños apareció un ángel, era una imagen clara que llenaba de paz y me miraba sonriente, ni siquiera me habló, solo me veía quieto al lado de la puerta, entonces empezó a cantar algo que no entendía pero que me hacia sentir bien… 3 am… El ángel dejo de cantar y se fue sin decir nada, solo salió como huyendo, sin embargo seguía escuchando música, pero ya no era el ángel, no sabía de quién era.

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