En épocas en que Hollywood insiste en implantar LA DUDA, la Iglesia Católica responde con hechos.
Es evidente, la iglesia ya no es un lugar de acogida. Lejos quedaron aquellos capÃtulos que veÃamos por tv, donde en tardes soleadas Laura Ingals corrÃa por esos verdes prados.
Hace dÃas que vengo leyendo con cierta preocupación âel caso Lugoâ, presidente de izquierda de Paraguay. Todo comenzó hace unos 10 dÃas cuando una mujer lo acusaba de no asumir la paternidad de su hijo de 2 años, luego que el ex obispo se cansara de negarlo, lo reconoció, es más, el niño lleva el nombre de su abuelo paterno.
Las cámaras de los noticieros mostraban mujeres paquetas horrorizándose de la visible y activa sexualidad de uno de los altos jefes eclesiásticos. ¿Dónde estaban esas mujeres cuando poco tiempo atrás, otro obispo â brasilero esta vez pero de la misma empresa transnacional – justificaba que era menos malo violar que abortar?
Me parece interesante analizar los âgustosâ del infiel obispo. La madre del niño de 2 años, joven y de origen muy pobre, decÃa que él la habÃa asediado hasta que finalmente ella acabara entregándose.
Historia y palabras similares a las que leÃa â nuevamente -, cuando apareció el 2º hijo del Padre Santo.
DÃas atrás, en la lista de RIMA â Red Informativa de Mujeres de Argentina â se discutÃa acaloradamente sobre un caso en Argentina de un adolescente de 15 años que mantenÃa un romance con una mujer de 40. Y ahora, qué nos sucede con un obispo que seduce a una mujer pobre, 30 años menor que él, le promete largar los hábitos â ¿cuáles? â y tener una familia juntxs con muchxs hijxs. ¡Paren las rotativas! ¡¿Susanita cambió de sexo y yo no me habÃa dado cuenta?!
Ahora entra en escena una segunda mujer, esta vez vendedora de detergente, quien según los diarios afirmaba que durante un largo tiempo Lugo, estuvo asediándola hasta que ella finalmente aceptara. Hoy quiere que el presidente paraguayo reconozca a su hijo de 6 años y que le pase dinero para asà poder saciar las necesidades básicas del niño. Ningún lujo, ¿no?
Cabe preguntarse si el presi-obispo paraguayo, infiel a Dios, le apuesta al poliamor, o es el propio prÃncipe azul que ha desteñido.
Durante mucho tiempo las militantes de izquierda tuvimos que soportar que nuestros compañeros de lucha nos dijeran que primero habÃa que hacer la revolución â que en ella no hay sexos â y luego vendrÃa el momento del llamado tema de la mujer y en el mejor de los casos de las mujeres. ¿Hay DUDAS sobre eso? En nombre de que nuestros intereses eran pequeño burgueses, el actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, violaba a la hija de su mujer y el obispo de San Pedro, en el Paraguay, se pasaba âseduciendoâ a las muchachas pobres que precisaban escuchar la palabra de Dios.
No hay DUDAS, hay hechos.